Aprender español o cualquier otro idioma es un objetivo muy frecuente de cuyos beneficios no somos conscientes, aunque son innegables. Los psicólogos defienden que cuanto mejor se aprenda un idioma más áreas del cerebro trabajan y crecen. Podríamos retrasar unos años enfermedades como el Alzheimer o mejorar nuestra escucha, ya que nuestro cerebro debe diferenciar distintos tipos de sonidos.
Las personas bilingües pueden cambiar de una tarea a otra más rápidamente, muestran una mayor flexibilidad cognitiva y les resulta más fácil adaptarse a circunstancias inesperadas. Además, aprender otro idioma, refuerza nuestra atención, que tantos problemas está dando hoy a nuestros alumnos, muchos con el síndrome de “déficit de atención”, y mejora la multitarea porque tienen ambos idiomas activados al mismo tiempo, y deben monitorear continuamente cuál es el apropiado. Nos hace entender mejor nuestro propio idioma y nos ayuda a percibir la realidad de otra forma. Los refranes de cada país, las frases hechas… Los colores en Japón, por ejemplo, son nombres de personas.
¿Por qué has elegido estudiar español? ¿Cuál es la mejor forma o manera de aprender español? Son algunas de las preguntas que he realizado a mis alumnos esta semana, y las respuestas han sido muy variadas. Desde la necesidad de conseguir la nacionalidad española, hasta estudios, trabajo, hacer amigos, viajar y comunicarte con los españoles, me gusta mucho España…¡Nada que ver con el cerebro, la concentración o las enfermedades degenerativas!
Tanto las primeras razones para aprender español, como las segundas de mis alumnos, me parecieron razones más que suficientes para ponerse a estudiar un idioma ¡Ya mismo! ¡Right now! Y, si razones ya tenemos, deberíamos plantearnos ¿Cuáles son las mejores maneras de aprender español, de aprender un idioma? Buscar esas maneras, buscar el cómo aprender español, es clave cuando las razones están muy claras. Mira y escucha estas razones aquí.
Explicar las formas de estudiarlo, desde mi punto de vista, como profesora de HablaMadrid, me lleva a planteármelo también como alumna que estudia un segundo idioma, sin dejar de lado a los alumnos, más bien haciéndolos el centro de dicha reflexión, pensando en ellos.